El Gobierno más «verde» congela las licencias de nuevas renovables e incumplirá sus propios planes
El Gobierno vuelve repetir su modus operandi de crear un problema donde no lo había, hacerlo crecer hasta ser casi irresoluble y, finalmente, tratar de dar una solución que crea un problema aún mayor. Está ocurriendo con la instalación de nuevas plantas de energía renovable, que van a sufrir un frenazo por culpa del caos creado por el Ejecutivo que presume de ser el más «verde» de la historia.
El problema arranca del sistema para otorgar los accesos a la red eléctrica de las nuevas instalaciones solares o eólicas -imprescindible para volcar la electricidad generada-, que se otorgaban sin necesidad de presentar un proyecto, tan sólo con un aval. Esto dio pie a la especulación, ya que muchos se lanzaron a comprar estos accesos para luego revenderlos más caros.
Posteriormente, este sistema se trasladó a los emplazamientos de los parques: mucha gente puja aunque no vaya a desarrollar el proyecto, bien para revenderlo, bien para impedir la entrada de competidores. Y cada vez quedan menos emplazamientos con las condiciones de sol, viento y espacio necesarias.
Esto ha provocado un cuello de botella en la construcción de nuevas instalaciones renovables. Pero, en vez de adoptar una solución lógica, el Ministerio de Transición Ecológica de Teresa Ribera ha decidido no autorizar ningún nuevo emplazamiento que no tenga concedido el acceso a la red por parte de Redeia (que es como Beatriz Corredor ha rebautizado a Red Eléctrica). Y como en los accesos también hay atasco, lo que va a conseguir es atasco doble, así como un retraso todavía mayor en la construcción y puesta en marcha de nuevos parques.
«La solución que plantea el Gobierno es una estupidez», asegura una fuente del sector. «Va a retrasar indudablemente, crea otro cuello de botella que se va a trasladar a las instalaciones», añade.
Retraso de su plan
Es decir, para resolver su propio caos, el Ejecutivo que tiene a gala la apuesta por las renovables va a frenar su instalación no se sabe por cuánto tiempo, en función de cuándo se vayan solucionando los atascos. Y este retraso va a suponer el incumplimiento del proyecto estrella de Ribera, el PENIEC (Plan Nacional Integrado de Energía y Clima), que contempla instalar una potencia del triple de la demanda punta actual (unos 38.000 MW en momentos extremos) sólo con renovables. Algo que implica prácticamente llenar España de molinos de viento y placas solares.
«El pecado original es que las subastas de emplazamientos se hacen sin tener en cuenta dónde hay acceso y conexión a la red. No hay un catálogo de emplazamientos, se hace sin planificación. Subastan el derecho a la rentabilidad mínima (precio garantizado), pero la gente tiene que buscarse la vida con el acceso y la conexión. Abren el sistema a la especulación», señala otro experto en renovables.
«Se podría hacer una matriz de cruce con accesos y emplazamientos. Pero han avanzado tanto en el error que ya no tiene arreglo», concluye esta fuente.